MST debate soberanía alimentaria con Bela Gil, Lula, Letícia Sabatella y otros
Por Ludmilla Balduino
De la página del MST
Este último jueves (15/10), el MST presentó una charla en línea que discutió la puesta en práctica de la soberanía alimentaria en Brasil, buscando referencias en el pasado y construyendo una planificación para el futuro. El coloquio, transmitido en viva, se puede ver en el canal del MST en Youtube.
El evento,en el que participaron Bela Gil, Letícia Sabatella, Maria Emília Pacheco, João Pedro Stedile, José Graziano y Luiz Inácio Lula da Silva, inaugura la serie de las conferencias “Reflexiones sobre Brasil en tiempos de pandemia”.
Durante el programa, los invitados hablaron de la urgencia de desarrollar acciones para lograr la soberanía alimentaria en Brasil.
¿Qué es soberanía alimentaria?
La soberanía alimentaria es cuando todos tienen la conciencia de que pueden elegir qué comer. Para que suceda esto, es necesario garantizar la producción agroecológica local y universalizar el acceso a la alimentación saludable.
No por nada, el tema fue el primero de la serie de conferencias que serán presentadas por el MST. El tema de la soberanía alimentaria es urgente. A los 10 meses de pandemia de coronavirus en el mundo, los síntomas de la epidemia de Covid-19 se suman a los síntomas de otras epidemias, como diabetes, cáncer, problemas cardíacos, obesidad, depresión y ansiedad. En este contexto, vivimos actualmente lo que los científicos llaman “sindemia”: el aumento de la gravedad de los secuelas causadas por estas epidemias.
Además de la sindemia, el golpe de 2016 y el sistema capitalista llevaron a Brasil de vuelta al mapa del hambre. Según el profesor José Graziano da Silva, ingeniero agrónomo y ex presidente de la organización de Naciones Unidas para la alimentación y la agricultura (FAO, siglas del inglés de Food and Agriculture Organization), se estima que hay 15 millones de personas pasando hambre en este momento en todo Brasil. Por otra parte, hay alrededor de 65 millones de personas que comen de manera insuficiente, es decir, se saltean comidas como el desayuno, o dejan de comer para alimentar a otros miembros de la familia.
De acuerdo con el documento de la FAO con datos de 2019, cerca del 10 % de los habitantes de la tierra está pasando hambre – esto significa alrededor de 700 millones de personas que no tienen qué comer.
Para que la soberanía alimentaria sea una realidad es necesario dar acceso a la tierra para la producción de alimentos saludables en vez de materias primas. “El concepto de la soberanía alimentaria que construimos, los estudiantes, profesores y pensadores del MST, se relaciona directamente con un proyecto político de ocupación del campo. Está vinculado al derecho de los pueblos al acceso a la tierra y las políticas que garantizan su supervivencia en la tierra”, dice Keli Mafort, dirigente del MST.
“Es necesario democratizar la oportunidad de elección del alimento”, dice Bela Gil
Mediada por Ana Terra y Jaime Amorim, ambos del MST, la conferencia comenzó con presentaciones de los artistas del movimiento en Pernambuco, seguidos de la opinión de Bela Gil.
La especialista en culinaria y presentadora de TV que popularizó la alimentación saludable en Brasil habló sobre la importancia de democratizar la oportunidad de elección del alimento. Para ella, la educación alimentaria es básica para que los niños aprendan sobre las elecciones que pueden hacer. De esa forma, “este sueño de ver a todos los brasileños eligiendo conscientemente el alimento que van a poner en la mesa se convierte en una realidad”, agregó.
Bela Gil también habló sobre la cuestión social de la soberanía alimentaria. “Es importante que entendamos: ¿quién va a hacer el alimento orgánico y saludable?”, preguntó, refiriéndose a los campesinos y a los pueblos tradicionales que trabajan de forma respetuosa con la tierra.
Después de todo, para Bela Gil, alimento saludable no es algo que solo está en la mesa. “Hay que hablar de alimentación más allá del plato. La comida saludable necesita crecer en un suelo saludable, tiene que respetar la tierra, la naturaleza, y proteger a los agricultores”.
Bela Gil mostró un dato que señala el principal responsable para los acontecimientos climáticos actuales: son las actividades del agronegocio, de que emiten el 50 % de los gases de efecto invernadero en el mundo. E hizo un pedido: el “alimento es una poderosa herramienta de transformación. El impacto que eso tiene en la salud es grande. Si tienes dinero y puedes elegir cambiar tu forma de alimentarte, haz ese cambio”.
La chef defiende la reforma agraria como el camino hacia la soberanía alimentaria. “La reforma agraria, junto con la reforma tributaria, es lo más importante para el país, para que tengamos alimento en la mesa de todos los brasileños”.
Ana Terra agregó que “ver el hambre y el precio de los alimentos aumentar nos coloca en esta situación de reafirmar la necesidad de hacer una reforma agraria pautada en la agroecología, produciendo alimento saludable para los trabajadores de la ciudad para construir ese compromiso de transformación en la sociedad y en la vida de la gente”.
La reforma agraria es el camino hacia la soberanía alimentaria
La reforma agraria también fue presentada por la actriz Letícia Sabatella como solución para los mayores problemas nacionales. “En la reforma agraria, trabajas con una descentralización de poder y aportas una solución. Las personas se hacen responsables de su propio sustento. No hace falta el asistencialismo cuando se trabaja la soberanía alimentaria.”
Con la voz suave, pautada para las palabras radicales, Letícia defendió la lucha por la alimentación saludable, la diversidad en todos los medios y por la descolonización, y explicó que la comida es felicidad: “cuanto mejor cuidemos la tierra, mejor será la calidad del alimento y mejor será la calidad de la vida, del razonamiento y de la expresión cultural de un pueblo”.
José Graziano recordó que el derecho a la alimentación es garantizado por la Constitución Federal de Brasil. A pesar de eso, no todos comen en Brasil. “Comer sano cuesta más caro. En Brasil, una persona que come bien necesita gastar R$ 11 por día en promedio. Esto, a fin de mes, equivale a que el 75 % del presupuesto doméstico brasileño se gasta solamente en la alimentación”, dice.
Resalta que el hambre no se da por la falta de alimentos (de hecho, el desperdicio de alimentos aumentó durante la pandemia), sino porque las personas dejaron de tener dinero para comprar lo más básico, que es la comida. “Las personas perdieron el trabajo y los salarios son bajos”.
La FAO estima que, cuando la mayoría de las personas pueda elegir una dieta saludable, vamos a dejar para producir un 75 % de los gases del efecto invernadero en el planeta y los gastos en salud van a bajar el 97 % en todo el mundo.
Para alcanzar esta soberanía alimentaria, que significa salud y Bien Vivir, José Graziano defiende la reforma tributaria, la reducción de los precios de los impuestos de la agricultura familiar, la inversión en la investigación y prácticas agroecológicas. “Embrapa (Empresa Brasileña de Investigación Agropecuaria), por ejemplo, trabaja para el agronegocio, y no para el arroz y los frijoles de la calidad que queremos comer”, afirma el ingeniero agrónomo.
Para aumentar el consumo de productos saludables, defiende la propagación de programas de radio y TV sobre la alimentación saludable; la creación de las escuelas locales y gratuitas de culinaria, mantenidas por el gobierno; la vuelta del Programa de Adquisición de Alimentos (PAA), creado en el gobierno Lula en 2003 y que garantiza el financiamiento a los productores familiares agroecológicos; tasar los productos que hacen mal a la salud (como el alcohol, las gaseosas y ultraprocesados); así como el etiquetado honesto de los alimentos.
La Reforma Agraria Popular adquiere nuevos paradigmas con la ciencia de la agroecología
A continuación, quien habló fue la antropóloga Maria Emília Pacheco, ex presidente del Consejo Nacional de Seguridad Alimentaria y Nutricional (Consea) y hoy asesora de la Federación de Órganos para la Asistencia Social y Educativa (Fase).
Durante su intervención, Pacheco recordó que la meta del Consea era la soberanía alimentaria. Según ella, soberanía alimentaria es “trabajar por el derecho de los pueblos a definir sus propios estándares de producción y de consumo”.
Con el debilitamiento del Consea, del PAA y de la eliminación de los subsidios para la agricultura agroecológica, Pacheco habló sobre llevar la soberanía alimentaria conjugada con la agroecología hacia el centro del debate sobre soluciones para el país. “La sociedad tiene que entender que Brasil no es el granero del mundo, como dice el agronegocio, porque el hambre, la destrucción de la naturaleza, la negación de la existencia social de sus pueblos no tiene futuro”.
João Pedro Stedile, de la coordinación nacional del MST, habló en la responsabilidad del campesino en la construcción de la soberanía alimentaria: “nuestro nuevo paradigma de la reforma agraria popular está vinculado a la producción de forma agroecológica. La función social del campesino y de la agricultura es garantizar la vida y la supervivencia de todo el pueblo”.
Para él, no sirve de nada esperar un gobierno revolucionario: “lo que tenemos que hacer es desde ya aplicar este nuevo paradigma”, dando ejemplos de lo amenazada que está la soberanía alimentaria por el transporte de alimentos que no se producen localmente (y, por lo tanto, tienen los costos embutidos y son más caros).
“¿Ustedes pueden imaginar que el tomate que comen en Porto Velho (RN) sale del Ceagesp, en São Paulo? ¿Y que el pollo de Sadia rueda 3 mil kilómetros de Chapecó (SC) a Belém? ”, pregunta Stedile.
La soberanía alimentaria es la solución para un nuevo sistema post-capitalista
Stedile acabó su charla con una reflexión positiva: “quien está en crisis no son nuestras ideas, sino el maledetto del capitalismo. Este sistema ya no resuelve a los problemas básicos de la población, como la alimentación. ¿O será que alguien vio los camiones de los agricultores distribuyendo alimentos? El capitalismo es lo que provoca la crisis ambiental y solamente un sistema nuestro puede hacer frente a esta crisis”, explicó.
La conferencia finalizó con la presentación del ex presidente de Brasil, Luis Inácio Lula da Silva, que dio un ultimátum: “o transformamos el hambre en un problema político principal o vamos a vivir una situación igual o peor que la de la época de la esclavitud en este país”.
Para dar la prioridad al problema del hambre que volvió al país, Lula dijo que ella es necesario analizar las experiencias del pasado y reformular las estrategias para agregar los nuevos paradigmas, y de esa forma caminar hacia la soberanía alimentaria.
El evento terminó la noche de este último jueves (15/10) con una invitación de Jaime Amorim para que todos hablen más, en las charlas con amigos, sobre la soberanía alimentaria y su importancia para la construcción de una sociedad libre.
El monje benedictino, escritor y teólogo Marcelo Barros de Sousa leyó un mensaje del Papa Francisco y el cantante Cesar Chico hizo una presentación acústica de la canción “Los reyes del agronegocio”.
Vea el video completo:
*Editado por Wesley Lima
**Traducción: Rodrigo Valdés Ferreyra