Vía Campesina Brasil
Territorio y resistencia: Los desafíos de la lucha LGBTI en los campos, las aguas y los bosques
Por Lunamar Cristina y Wesley Lima*
De la página web del MST
Los principales desafíos de la lucha de las Lesbianas, Gays, Bisexuales, Transexuales e Intersexuales (LGBTI) en el campo, desde una perspectiva nacional e internacional, fue el principal tema de discusión en el último día del Seminario de Diversidad Sexual y de Género de Vía Campesina Brasil, celebrado a distancia este pasado sábado (31 de julio).
Alrededor de 100 personas LGBTI de varios movimientos y organizaciones populares que se articulan en torno a la Vía Campesina participaron en los debates del Seminario, discutiendo temas como la ancestralidad, el territorio, la intersección, la sexualidad, la clase, la raza y el género. La actividad tuvo lugar entre el 24 y el 31 de julio.
Además de estos temas, las experiencias de la Vía Campesina Internacional y, en consecuencia, los desafíos del debate sobre la diversidad sexual también aparecieron con fuerza en este último día de discusiones. Por ejemplo, Cony González, de la Organización de Mujeres Campesinas e Indígenas (Conamuri) de Paraguay, habló de las principales dificultades de inserción en el debate.
Explica que las reflexiones sobre la diversidad sexual y de género, además de ser recientes en el país, se enfrentan a un “estigma sobre la vivencia de la sexualidad de los sujetos LGBTI, siendo considerada mala”. Cony dice que en Vía Campesina Paraguay el inicio de estas discusiones se dio cuando el tema dejó de ser minimizado y se incorporó como una tarea, al tomar una posición estratégica en la lucha contra el patriarcado, el capitalismo y el extractivismo.
Cony continúa diciendo que “como sujetos vamos a transformar la vida y por eso tenemos que hablar de todas las opresiones que recorren nuestros cuerpos, nuestras comunidades, nuestros países. Y para ello, necesitamos construir espacios seguros en nuestros territorios”.
En este sentido, Viviana Rojas, miembro de La Vía Campesina Internacional, presentó algunos instrumentos creados por la organización que contribuyen a legitimar el debate sobre la diversidad sexual en los países. Entre ellos, el “Feminismo Campesino y Popular”, cuya construcción y audacia está fuertemente ligada a las luchas de resistencia de las mujeres rurales, articuladas en La Vía Campesina en un contexto de confrontación con el capitalismo colonial y extractivista que durante siglos ha explotado tierras, territorios y recursos naturales.
Además de la perspectiva feminista, Rojas también mencionó la “Declaración de Derechos Humanos en los Territorios”, que aporta notas preliminares sobre la lucha contra la violencia en los territorios y la necesidad de construir políticas públicas para los campesinos, independientemente de su orientación sexual o identidad de género.
“Tenemos un camino en Sudamérica y Europa para compartir experiencias y construir espacios. También creemos que el feminismo debe ir más allá y trabajar con la diversidad sexual. También es necesario que nos reconozcamos y nos posicionemos como sujetos activos en la lucha por la tierra y la soberanía alimentaria. Ya hemos demostrado que en Vía Campesina tenemos la creatividad para construir y la audacia para construir este debate.”
Enfrentarse al colonialismo y a la invisibilidad
Las cuestiones concretas que involucran el debate de la diversidad sexual en el campo brasileño pasan principalmente por entender primero la diversidad de luchas que se establecen en el territorio nacional. Es decir, no hablamos de un solo campo, sino de todos los pueblos rurales, del agua y del bosque que construyen la resistencia y luchan por derechos básicos, como su propio acceso a la tierra y a su territorio de origen.
Tanaíra Sobrinho, mujer indígena del pueblo terena de Mato Grosso do Sul y miembro del Colectivo Tibira, dijo que hay un borrado de los pueblos indígenas en las agendas generales del Movimiento LGBTQIA+ y una invisibilización de los sujetos dentro de las organizaciones indígenas. “La colonialidad está muy presente en nuestras vidas. En general, la sociedad brasileña sabe poco sobre los 300 pueblos que viven en nuestros territorios. Y esta narrativa construida sobre los pueblos en los libros de texto apenas nos representa”, explicó.
Sobre las confluencias, Sobrinho dijo: “Tenemos en común la reivindicación de nuestros territorios. Por el derecho a ser, a existir. […] Este debate también es importante para que podamos avanzar en el acceso de las políticas públicas a los indígenas populares LGBTI”.
En este sentido, Débora Gomes, de la Coordinadora Nacional de Articulación de los Quilombos (Conaq), dijo que la auto-organización quilombola LGBTI siempre fue invisibilizada y la recuperación de los territorios fue considerada la única agenda prioritaria.
Destacó que no puede haber distinción entre la lucha por los territorios quilombolas y la sexualidad, teniendo en cuenta que los territorios están compuestos por sujetos que viven y expresan la diversidad sexual y de género diariamente. Por otro lado, Débora dijo que hay temas que “no pueden mostrarse como tales”. Tenemos que moldear nuestros cuerpos para cuidar la tierra, y eso hace que mi cuerpo no forme parte del territorio”, explicó.
“Hoy hemos podido abrirnos y hablar más. Hace un tiempo no conocía otros cuerpos de quilombolas LGBT. Hoy hablamos de ello. Y el año pasado la Conaq hizo un post en las redes sociales para conmemorar el día LGBT. Un pequeño puesto marca una gran diferencia”, dijo en tono de celebración.
Organización, formación y lucha
En torno a los principales retos de la diversidad sexual y de género, Erifranklin Santos, del Movimiento de Pequeños Agricultores (MPA), los organizó en lo que él llama un trípode: organización, formación y lucha.
En resumen, dijo que los procesos organizativos de las discusiones en Vía Campesina Brasil beben mucho de las experiencias construidas por las mujeres, presentando dos ejes como centrales: la identidad y la acogida. La perspectiva de la identidad se basa en pensar en la construcción de este sujeto en su territorio y cómo se expresa allí su sexualidad. Sobre la aceptación, señala que esta es una tarea fundamental del Colectivo LGBTI de la Vía Campesina, construir espacios seguros para la libre expresión, no sólo de la sexualidad, sino también para enfrentar la violencia.
En la dimensión formativa, Erifranklin argumentó que el proceso formativo debe ir de la mano de la disputa por la educación. “Necesitamos cuestionar la educación que estamos construyendo y, al mismo tiempo, fortalecer las luchas en defensa del acceso a ella y la garantía de la misma en nuestros territorios”. También dijo que la educación es la base fundamental para la formación de conciencia y la construcción de nuevos sujetos, por lo que es importante pensar, de manera organizada, en los procesos educativos y de formación en el Colectivo LGBTI de La Vía Campesina, pero también incorporar este tema en otros ámbitos pedagógicos y educativos de los movimientos y organizaciones populares.
Por último, sobre la lucha, subrayó que los procesos de lucha necesitan garantizar unas condiciones de vida plenas: “Las condiciones materiales, como el acceso a las políticas públicas es extremadamente importante y nuestra lucha necesita expresarlo”.
Primeros pasos
El Seminario Diversidad Sexual y de Género en la Vía Campesina Brasil, realizado del 24 al 31 de julio, sintetizó las primeras elaboraciones colectivas en torno a la correlación que existe entre las luchas anticapitalistas, antirracistas y antipatriarcales, inaugurando un amplio proceso que está escrito en el Cuaderno de Formación “Diversidad Sexual y de Género en la Vía Campesina: Rompiendo el Silencio sobre la existencia de las personas LGBTI en el Campo”.
*Lunamar es miembro del Movimiento de Mujeres Campesinas (MMC) PR y Wesley es periodista y miembro del Colectivo LGBT del MST y de Vía Campesina Brasil.
**Editado por Solange Engelmann