Alfabetización
Através de Experiencias de Educación Juvenil (EJA), el MST ya ha alfabetizado a más de 100 mil personas en el país
Del sitio web del MST
Este domingo, 14 de noviembre, el MST celebra el Día Nacional de la Alfabetización, una fecha importante para los Trabajadores Sin Tierra, que iniciaron las primeras Experiencias de Educación Juvenil (EJA), junto con experiencias aisladas de lucha por la tierra en varias regiones del país, entre los años 80 y 90.
En 37 años de lucha, el MST ha alfabetizado a más de 100.000 personas en todo Brasil, basándose en el método cubano de alfabetización “Yo sí puedo”, creado en 1961 y en el Círculo de Cultura de Paulo Freire e incorporado a partir de 2016 por el sector educativo del MST en la Jornada de Alfabetización en Maranhão, que se extendió a las zonas urbanas periféricas, alfabetizando a 20.582 jóvenes, adultos y ancianos. Y la creación de una Brigada de Alfabetización, con 1.033 educadores y 192 coordinadores.
A lo largo del proceso de lucha por la tierra y la reforma agraria, los Sin Tierra construyeron el método, en paralelo a las ocupaciones de tierras, un proceso de EJA, basado en la necesidad de alfabetización y acceso a la educación pública de los trabajadores rurales.
A partir de los años 90, el MST definió algunas líneas políticas y comenzó a desarrollar acciones pedagógicas contra el analfabetismo en los territorios. El hito de la EJA fue el lanzamiento del Proyecto de Alfabetización del MST en 1991, en el asentamiento de la antigua granja Annoni, en Sarandi, en Rio Grande do Sul, al que asistió el educador Paulo Freire.
El proyecto se desarrolló entre 1991 y 1993 en colaboración con el Instituto Cultural Francisco de Assis, el Ministerio de Educación (MEC), Cáritas y la Acción Educativa Católica (AEC) y contó con 100 clases de alfabetización. La experiencia fue la base para la construcción del proyecto político y pedagógico del MST sobre la EJA en los campamentos y asentamientos de la Reforma Agraria.
Ante esto, Tiago Manggini, del sector educativo del MST, explica que el Movimiento a lo largo de su trayectoria de lucha organiza diversas campañas de alfabetización con la intención de establecer la unidad en las acciones de alfabetización realizadas en diversos estados, así como “luchar por políticas públicas y crear una mística que busque ampliar el proceso de alfabetización y escolarización de jóvenes y adultos”.
Según él, los Sin Tierra pretenden poner en marcha un “proceso de alfabetización para todos los jóvenes y adultos de los asentamientos y campamentos coordinados por el MST que no han tenido acceso a la lectura y la escritura, contribuyendo a que estas zonas se conviertan en territorios libres de analfabetismo“, resumió Manggini.
Para Cristina Vargas, activista del sector educativo del MST, la experiencia histórica del MST muestra que la forma de llevar a cabo la lucha por la educación es paralela a la lucha por la tierra, desarrollando experiencias concretas de alfabetización y reflexión sobre la realidad de la vida de los trabajadores rurales.
“La lucha del MST por la Reforma Agraria se da al mismo tiempo que el Movimiento reclama el acceso al conocimiento, y también se propone construir un proceso educativo de manera reflexiva, basado en la acción, la reflexión y la acción. De este modo, constituye su historia y sus acciones en la lucha por la educación rural”, señala Cristina.
Arraigo de la EJA
En 1996 y 1997, el MST firmó el primer acuerdo de EJA con el MEC, que supuso 500 clases de alfabetización y la formación de 500 monitores. Esta asociación fue fundamental para el arraigo de los proyectos de alfabetización en la base sin tierra del MST en campamentos y asentamientos.
En este período también se establecieron dos asociaciones con gobiernos estatales; una con la Secretaría de Educación del Estado de Paraná en 1996, que involucró a 100 clases de EJA, y un acuerdo entre el MST y la Universidad Federal de Sergipe (UFSE), firmado en 1995.
Otros dos acontecimientos importantes de 1997 también merecen atención en el ámbito de la alfabetización: la realización del 1er Encuentro Nacional de los Educadores de la Reforma Agraria (ENERA), en el que se produce la socialización de las experiencias de EJA desarrolladas en diferentes estados del país; Y la creación del Programa Nacional de Educación en la Reforma Agraria (PRONERA), resultado de años de lucha de los movimientos populares en el campo, que, a través de la asociación con las universidades y los movimientos sociales, permitió la alfabetización y la escolarización de jóvenes y adultos, la formación de educadores y la realización de cursos de grado y posgrado dirigidos a los trabajadores y trabajadoras, vinculados a los movimientos que luchan por la Reforma Agraria en el país.
Durante este periodo, también se firmó una nueva asociación entre el MST, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) y el MEC, que pretendía crear 680 clases de alfabetización en las que participarían diez mil alumnos.
Según Tiago Manggini, en este sentido, el sector educativo del MST percibe la importancia de la EJA como instrumento fundamental en las zonas de acampada y asentamiento, para la escolarización en el campo y para el desarrollo político de la organización, al tiempo que amplía el concepto de EJA.
“Los Sin Tierra no ven la EJA sólo como una alfabetización, sino como un proceso de escolarización, vinculado a la formación humana en sus diversas dimensiones. Tal es la expresión de la fuerza que estaba adquiriendo el EJA en este periodo. Desde entonces, se acuñó el lema de la alfabetización de jóvenes y adultos en los asentamientos y campamentos: ‘Siempre es tiempo de aprender'”, dice.
En 2007, las acciones desarrolladas por el MST en el ámbito de la EJA convergen con la creación de la Campaña Nacional de Alfabetización del MST: “Todos los sin tierra estudiando”, lanzada durante el 5º Congreso Nacional del MST, en Brasilia, con el objetivo de combatir el analfabetismo en los territorios del MST.
La intención del MST con esta campaña es fomentar y buscar alianzas para que todas las personas que viven en los campamentos y asentamientos del Movimiento tengan acceso a la educación y/o se inserten en los procesos educativos de alguna manera.
Editado por Fernanda Alcântara