Casaldáliga

El MST rinde homenaje a Pedro Casaldáliga a 93 años de su nacimiento

Los trabajadores y trabajadoras Sin Tierra del MST celebran su nacimiento dando continuidad a su legado de humildad y rebeldía
Pedro estuvo siempre al lado de los pobres y marginalizados del campo. Foto: Divulgación

De la Página del MST

Este martes 16, el “obispo del pueblo”, de la Prelatura de São Félix do Araguaia, en el estado brasileño de Mato Grosso, Don Pedro Casaldáliga cumpliría 93 años. Los trabajadores y trabajadoras Sin Tierra del MST celebran su nacimiento dando continuidad a su legado de humildad y rebeldía.

Pedro dejó este mundo en 2020, peo los Sin Tierra del MST recuerdan que su ejemplo continúa guiando la lucha de las oprimidas y oprimidos del mundo.

El obispo estuvo siempre junto a los pobres y marginalizados del campo en la lucha contra los poderosos agricultores, madereros y destructores de la región de Araguaia. Por eso lo persiguieron y amenazaron de muerte en varias ocasiones. Hizo llegar su solidaridad a los pueblos oprimidos de América Latina y de todo Brasil en diferentes momentos de represión.

Fue un gran apoyador de la lucha por la tierra en Brasil y estuvo presente en varios lugares, en las primeras ocupaciones de tierra del MST. Hace 40 años, Pedro escribía una cara desde la Prelatura de São Félix do Araguaia en solidaridad con la lucha de los Acampados de la Encruzilhada Natalino, en Ronda Alta, Rio Grande do Sul, con fecha de setiembre de 1981. Fue publicada en el Jornal Sem Terra, el 15 de mayo de aquel año.

Tras haber celebrado una misa con los colonos de Ronda Alta, se manifiesta ofreciendo su apoyo y alentando a los Sin Tierra a resistir en la lucha. “Dejé en la cruz del campamento mi rosario de oración y de hermandad. Y asumí en ese momento, en nombre de toda nuestra Iglesia, un compromiso de solidaridad definitiva”, dice en un pasaje de la carta.

Lea la carta completa:

“Les escribo en nombre de la Prelatura de São Félix do Araguaia, MT. Un día los visité y con ustedes celebré la eucaristía, que siempre es la muerte y la resurrección de Jesús y de su pueblo. De ustedes recibí, como un pequeño sacramento de comunión y de compromiso, una bolsita de tierra, húmeda de frío, de llanto e incluso de sangre. Dejé en la cruz del campamento mi rosario de oración y de hermandad.

Y asumí en ese momento, en nombre de toda nuestra Iglesia, un compromiso de solidaridad definitiva.
Ahora ven, están viviendo una verdadera encrucjada. El egoismo de los que acumulan la tierra en sus manos y la prepotencia de la seguridad nacional, amancebada con aquellos que quieren cerrarles el camino de la ley.
Nunca podrán cerrarles los caminos de la fe y de la justicia; nunca podrán bloquear con escombros frente a ustedes la larga ruta de la esperanza. Si continúan unidos, vencerán.

Abran los ojos y vean más allá de la encrucijada. Hagan el día de hoy y hagan el mañana.

Un día se acabará este sistema que nos divide en ricos y pobres, en privilegiados y marginados. La tierra es de todos. Brasil es de los brasileños y Rio Grande do Sul es de los gaúchos.

Caben todos si queremos ser iguales.

Con ustedes luchan muchos otros labradores, obreros, indios, desempleados, pueblo sin tierra, sin vivienda, sin alimentos y sin libertad, en este país, en esta América Latina, en este mundo.

Su obstinación es una luz y una fuerza para todo ese pueblo. La Encruzilhada Natalino se convirtió en una verdadera encrucijada de liberación. Su campamento se convirtió en un campamento del pueblo de Dios en marcha, en busca de la tierra prometida, en la tierra y en el cielo.

El Coronel “Curió” los dejó, despechado, amenazándolos con la represión y calumniando a cuantos los ayudan. Pero Jesucristo está con ustedes, poderoso, fiel y libertador, sosteniéndolos con su espíritu y aprobando la felicidad de los que acompañan este camino.

Creemos en la nueva libertadora de Jesucristo y no en el código represor de la Seguridad Nacional.

Sigan reuniéndose, discutiendo juntos. Sigan rezando, en comunidad. No permitan entre ustedes el desánimo ni la desunión. No le den oídos a la mentira y a los chismes.

Todos los obispos católicos de Rio Grande ya les dieron, en su documento del 18 de agosto una palabra clara de aprobación y de estímulo. Muchos hermanos católicos, evangelistas, padres, pastores, religiosos, periodistas, comunidades enteras, sindicatos, políticos del pueblo, la CPT [Comisión Pastoral de la Tierra] y otros organismos, tanto de Rio Grande do Sul como de todo el país estamos con ustedes.

La lucha no ha terminado. No será difícil el camino. Hay todo un pueblo acampando alrededor. Pero nuestra fidelidad de cada día es cada día una nueva victoria.

“No tengan miedo, dijo Jesús, yo ya vencí” este mundo de la injusticia y del pecado y de la muerte. También lo venceremos.

En esa misa del día 8 de setiembre, fiesta de Nuestra Señora, la conquistadora de la tierra para el pueblo sin tierra, yo y toda la iglesia de São Félix do Araguaia estaremos celebrando con ustedes la pascua de Jesús que es nuestra Pascua.
A todos y cada uno de ustedes, a los que acompañan esta lucha, empezando por el Padre Arnildo, les enviamos un fuerte abrazo de verdaderos hermanos.

Pedro Casaldáliga
Obispo de São Félix do Araguaia, setiembre de 1981.”