El capitalismo es el problema, denuncian organizaciones en el Día Mundial de la Salud
Por Michele de Mello*
Do Brasil de Fato de Caracas/Venezuela
Este miércoles 7 de abril, Día Mundial de la Salud, cientos de organizaciones populares de todo el mundo publican un manifiesto internacional en defensa de la vida. Después de más de un año desde el comienzo de la mayor pandemia de este siglo, el promedio mundial de muertes por Covid-19 sigue siendo de unas 9 mil personas al día.
Para marcar la fecha y hacer un llamado global, la Asamblea Internacional de los Pueblos (AIP), que articula a cientos de movimientos populares y partidos políticos en los cinco continentes, organiza una Jornada de Lucha Antiimperialista del 7 al 11 de abril, para exigir que la vacuna contra el nuevo coronavirus se considere un bien público, entre otras demandas.
En el manifiesto, la red internacionalista declara que “la pandemia de Covid-19 ha puesto de relieve, en todo el mundo, las contradicciones del capitalismo, el cual antepone el lucro a la vida de las personas”.
Por tanto, en el aspecto económico, las organizaciones exigen que los gobiernos garanticen la renta básica universal para que los trabajadores puedan cumplir con las medidas sanitarias -tal como el aislamiento social- y aseguren las líneas de crédito para que las pequeñas y medianas empresas no se declaren en quiebra. En el aspecto geopolítico, argumentan que se suspendan todos los cobros de la deuda externa y los conflictos bélicos de los países.
“Estamos en una etapa de la lucha social que llamamos lucha ideológica. La acción de esta jornada apunta a concienciar a la gente de sus derechos y a que la sociedad, en sus diferentes formas de organización, presione a sus gobiernos”, defendió João Pedro Stedile, miembro de la dirección nacional del Movimiento de Trabajadores y Trabajadoras Rurales Sin Tierra (MST) de Brasil, quien también forma parte de la red internacional de la AIP.
En Brasil y otros países latinoamericanos, se programan actos simbólicos en varias capitales para la jornada de lucha. En Europa, la tarea de la AIP es recolectar 1 millón de firmas para exigir que el Parlamento Europeo discuta la propuesta de hacer de la vacuna un bien público -que es lo que defiende también la red internacionalista y la misma Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Concentración de poder
En todo el mundo, aproximadamente 664 millones de personas han sido vacunadas contra la Covid-19. Sin embargo, la gran mayoría se encuentra en Estados Unidos (165 millones), China (140 millones) y la Unión Europea (79,8 millones), según una encuesta de la página web Nuestro mundo en datos.
Naciones Unidas reconoce que las mayores potencias económicas del mundo concentran el 75% de las inmunizaciones ya producidas, mientras que unas 130 naciones ni siquiera han podido iniciar la vacunación.
“Los países con un capitalismo más desarrollado se están concentrando y haciendo negocios con las vacunas. Más de 130 países no han iniciado la vacunación simplemente porque no forman parte de este negocio”, señaló el presidente del Partido Comunista de España, José Luis Centella Gómez.
Europa y América Latina están experimentando nuevas oleadas de contagio debido a la aparición de nuevas variantes del virus. En Brasil, aparecieron las cepas P1 y P2, más contagiosas y agresivas. Ya en Reino Unido, se detectó por primera vez la variante VUI, que puede ser entre un 40 y un 70% más transmisible y se ha dispersado por Alemania, España, Italia, Dinamarca e incluso Australia.
El día en que la Organización Mundial de la Salud (OMS) cumple 73 años de historia, las organizaciones sociales de Europa se manifiestan en las sedes de las instituciones de la Unión Europea y de la ONU para exigir un acceso equitativo a los inmunizadores.
“Naciones Unidas, que en otras ocasiones ha sido muy beligerante, ahora no ha podido alzar la voz contra los poderosos. Esto nos hace volver a exigir una refundación del organismo y que la ONU cumpla con su carta fundacional. En lugar de ser un elemento de presión, no juegan ningún rol”, criticó Centella.
La creación del consorcio COVAX, promovido por la OMS, la Alianza para la Vacunación (Gavi) y la Coalición para las Innovaciones en Preparación para Epidemias (CEPI), que promete distribuir 2 mil millones de dosis hasta el final del 2021, no ha sido suficiente para promover el acceso democrático a las vacunas. Por lo tanto, la demanda actual es liberar las patentes de vacunas contra la Covid-19.
La propuesta ha sido defendida por India y Sudáfrica, en la Organización Mundial del Comercio (OMC), desde octubre del año pasado, y permitiría difundir libremente la fórmula de inmunizadores, proporcionando descentralización y acelerando su producción. Aunque 100 países apoyaron la medida, Estados Unidos, la Unión Europea y Brasil se opusieron.
“La forma más rápida de producir la vacuna en los países pobres es romper la patente. De este modo, los laboratorios que ya existen en estos países, como es el caso de Brasil, empezarían a producir sin preocuparse por royalties y licencias ”, explicó João Pedro Stedile.
Además de evitar la liberación de la patente de las vacunas, los Estados Unidos y la Unión Europea han adquirido, en contratos anteriores, dos o tres veces más dosis que las necesarias para inmunizar a toda su población. La reserva de mercado ha sido constantemente denunciada en los organismos de la ONU por los representantes de México, Venezuela, Rusia y China.
Desde el comienzo de la pandemia, el gobierno chino ha abogado por que la vacuna se declare un bien universal. China es el mayor exportador de vacunas del mundo y ha enviado alrededor de 500 millones de dosis a más de 40 países.
Para el presidente del Partido Comunista de España, la raíz del problema está en la misma estructura del sistema político-económico actual.
“Queremos aclarar que el capitalismo no es parte de la solución a ningún problema, sino el problema mismo. La humanidad no está libre de sufrir una pandemia, un desastre natural, pero debe tener los mecanismos para resolverlo. Y hoy tenemos recursos naturales y médicos, pero están en manos de unos pocos. Por eso es cada vez más evidente que si no ponemos fin al capitalismo, el capitalismo pondrá fin a la humanidad ”, concluyó José Luis Centella.
*Edición: Vivian Fernandes