El Colectivo LGBTI de La Vía Campesina inicia un seminario sobre diversidad sexual y de género
Por Andresa Paiva (MPA), Alice Nied (MPA) y Mário Manzi (CPT)
Para la página web del MST
La Vía Campesina Brasil realizó el pasado sábado (24/07), la primera etapa del Seminario de Diversidad Sexual y de Género con el tema “LGBTI La Vía Campesina: ¡Colorando territorios y sembrando orgullo y resistencia!”. Con la presencia de movimientos de la Vía Campesina como el Movimiento de Afectados por las Represas (MAB), el MST, la Pastoral Juvenil Rural (PJR), el Movimiento de Mujeres Campesinas (MMC), la Coordinadora Nacional de Articulación de Comunidades Rurales Negras Quilombolas (CONAQ), el Movimiento por la Soberanía Popular Minera (MAM), el Movimiento de Pequeños Agricultores (MPA) Movimento de Pescadores e Pescadoras Artesanais do Brasil (MPP), Comissão Pastoral da Terra (CPT), y representantes de la Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones Rurales (CLOC) y de la Coordinadora Europea de la Vía Campesina (ECVC), el seminario también tuvo entre sus organizaciones invitadas a la Confederación Nacional de Trabajadores Agrícolas (CONTAG) y al Colectivo Tibira (pueblos indígenas).
El proceso de organización de las personas LGBTI en Vía Campesina Brasil comenzó en 2016, pero en 2020 se consolidó el colectivo LGBTI de Vía Brasil, con el objetivo de crear un espacio organizativo sobre la diversidad sexual y de género, para conectar a las personas LGBTI del campo, las aguas y los bosques a nivel nacional e internacional. La organización del colectivo ya ha materializado varias acciones, como la elaboración del folleto “Diversidad sexual y de género en la Vía Campesina: rompiendo el silencio sobre la existencia de personas LGBTI en el campo”.
En la apertura del seminario, Noeli Taborda, miembro del MMC, destacó que vivimos en una sociedad capitalista, patriarcal, racista y LGTBfóbica, que discrimina y destruye a las personas, los recursos naturales y la vida.
Paula Gioia, del Comité Organizador Internacional de Vía Campesina, destacó la importancia de este espacio para avanzar en la agenda de la diversidad sexual dentro de los movimientos y el mundo rural.
El objetivo del primer día del seminario fue profundizar en el debate sobre la situación política, la diversidad sexual y de género y las luchas de clase en el campo, así como los retos y la diversidad sexual y de género en el movimiento internacional de La Vía Campesina.
Antecedentes
Anderson Amaro, del MPA, que contribuyó a la mesa con el tema “Análisis de la coyuntura política y los desafíos en este período pandémico”, recuerda la importancia de la Vía Campesina en la lucha por la soberanía alimentaria, teniendo en cuenta los 25 años de acción en este sentido. Amaro destaca Covid-19 como resultado de la forma en que el modo capitalista se relaciona con la naturaleza. En cuanto a la coyuntura nacional, Anderson expuso los desafíos de los movimientos sociales para enfrentar al bolsonarismo como un fenómeno que va más allá de la figura de Bolsonaro. Entre ellos está el trabajo de organización popular, que tiene como etapa importante de lucha las elecciones de 2022, para asegurar la institucionalidad democrática.
Anderson también destaca los escenarios de posibles rupturas democráticas, que podrían culminar en un gobierno abiertamente dictatorial y fascista.
Campo y diversidad
A la intervención de Amaro le siguió el panel “Diversidad sexual y de género y luchas de clase en el campo, las aguas y los bosques”, en el que Thaís Paz, del MST, presentó algunos retos estructurales que van más allá de la dinámica de la situación actual. Paz cuestionó cuál sería la relación entre la diversidad sexual y de género dentro del capitalismo y si estas cuestiones pueden considerarse un elemento constitutivo de la lucha de clases.
Para ello, retomó la idea de Marx, en El 18 Brumario de Luis Bonaparte, de que “los hombres hacen su propia historia; sin embargo, no la hacen por su propia voluntad, pues no son ellos los que eligen las circunstancias en las que se hace, sino que éstas les han sido transmitidas tal cual”. Así, según ella, se parte de la comprensión de un debate teórico más profundo, que ya hacen las organizaciones y es necesario reafirmar que “cuando hablamos de diversidad, como en cualquier otra relación social, no se puede aislar [la diversidad] de las determinaciones de la sociedad”.
Para Paz, las relaciones que estructuran la sociedad no se manifiestan de forma clara y transparente, siguiendo la lógica de que “siempre ha sido así”. Su discurso demostró que la determinación de la heterosexualidad y el cisgénero, como la única expresión posible de la sexualidad y la identidad de género no es natural, sino que es el resultado de un modelo de poder y dominación, que llamamos patriarcado.
“La heterosexualidad obligatoria y la cisgeneridad están determinadas por el patriarcado. En el capitalismo contemporáneo, el patriarcado y el racismo estructuran el conjunto de relaciones sociales. El capitalismo se apropia de esto, de la dominación masculina sobre la mujer, que se repite en la homofobia. Esta dominación es anterior a la construcción del capitalismo, pero el patriarcado ha sido apropiado por el capitalismo.”
Thaís también recuerda que no hay manera de separar los procesos de explotación y que también hay que observar las relaciones sociales capitalistas en la concreción de la realidad. Igualmente, recuerda que Brasil sufrió 300 años de esclavitud y tiene sus propias características, como por ejemplo la comprensión de la raza, que es diferente entre países como Brasil y Estados Unidos. “Hay que pensar en la concreción de cada formación social. No podemos importar algunos debates, que en nuestra realidad están fuera de lugar, un ejemplo clásico es el debate sobre los maricas. El Movimiento Queer en los Estados Unidos tiene un impacto en los Estados Unidos, pero en Brasil no se construyó de la misma manera. Hay que pensar en algunas cuestiones desde su construcción”.
Para ella es un error pensar en el patriarcado y el racismo como apéndices del capitalismo, ya que el conjunto de relaciones sociales está atravesado por todas estas cuestiones. Así, la diversidad sexual y de género puede situarse como un elemento constitutivo de la lucha de clases, porque la lucha de clases debe derivar de la organización de las clases, y las relaciones sociales están atravesadas por estas diversidades. En este sentido, considera fundamental que los movimientos y organizaciones articulen los debates de clase y de diversidad sexual y de género.
“Los LGBT mueren por la violencia LGBTfóbica, pero también mueren de hambre, por falta de tierra. La unificación de las luchas es el reconocimiento de nuestra existencia como parte de la clase. El elemento clave es por qué la libertad sexual y la superación de las presiones de género deben formar parte de nuestro compromiso político. Esto forma parte del proceso revolucionario y emancipador”, concluye.
Océlio Muniz, del MAB, calificó el seminario de histórico. Muniz hizo un recorrido por el proceso de organización LGBTI como una articulación. “El MAB se inserta en este debate desde las discusiones del MST, que marca la agenda de otras organizaciones”. Para él, es necesario, como “sujetos en las filas de las luchas”, mantener la discusión a la que se dedica el seminario, para la construcción de una nueva sociedad, común a todos. “Esa sociedad debe construirse ahora. La diversidad sexual y de género impregna este debate de construcción de una nueva sociedad. Un movimiento masivo, popular y autónomo sin distinción de raza, género, sexo”.
Recuerda que la falta de debate, que durante mucho tiempo ha provocado la salida de miembros de organizaciones y movimientos por no ser acogidos por ser LGBTI. “Es nuestra deuda mantener esta discusión, que forma parte del mismo debate de la emancipación humana, en el sentido de que la igualdad es una condición para que sigamos en la lucha”. Califica que se han dado varios pasos importantes, que han transformado los movimientos en espacios acogedores.
Neimar Kiga, del Colectivo Tibira, comenzó su intervención destacando que es necesario problematizar los espacios que se dan a los indígenas cuando se les invita a hablar. “Nos invitan a hablar en el mes de abril” y añadió que lo mismo ocurre por “ser indígenas LGBT, sólo en el mes de junio”. Considera que es necesario mantener las agendas durante todo el año.
Kiga recordó que el colectivo al que pertenece se llamó Tibira en memoria del mártir indígena asesinado en 1614, en lo que sería el primer caso de homofobia en Brasil. Tibira, del pueblo tupinambá, fue atado a un cañón por los colonizadores y su cuerpo fue despedazado.
Como estrategia de articulación, se creó una cuenta de instagram (@indigenaslgbtq) como lugar de apoyo, “para dar visibilidad a personas de dentro y fuera de las comunidades indígenas”. Kiga refuerza que es necesario ser consciente de la opresión, de estar en los márgenes, y por eso hay que unir las manos y que “hablar de sexualidad en el contexto indígena es también hablar de colonización”.
Para él también es importante tener en cuenta la pluralidad étnica, ya que “hay más de 300 pueblos indígenas. No podemos generalizar sobre el hecho de ser indígena y ser LGBT”. Sobre el proceso de afirmación, Kiga es firme, “no somos lo que la Iglesia quiere que seamos, y no volveremos a aceptar lo que la gente quería que fuéramos”, cierra.
Internacional
La última mesa del primer día del Seminario bajo el nombre “Mesa Internacional: Los retos de la diversidad sexual y de género en el movimiento internacional de LVC” fue inaugurada por Blanca Ruiz, de CLOC Nicaragua. Señaló que la lucha es por una Reforma Agraria integral y popular. La resistencia es lo que impulsa el proceso de articulación de las personas LGBTI y Ruiz es explícito, “no queremos más invisibilidad. Estamos muy contentos de iniciar este proceso. Trabajamos muy activamente en las organizaciones, pero una vez que se conoce nuestra identidad sexual, la gente nos disminuye. Necesitamos mantener nuestra credibilidad como líderes, sin que nuestra sexualidad nos impida ser reconocidos como personas que luchan, con agendas muy claras, porque somos campesinas, campesinos, somos gay, lesbianas”.
A continuación, Yeva Swart, de la Coordinación Europea de La Vía Campesina (ECVC), hizo una breve referencia a las recientes actividades sobre diversidad sexual y de género en La Vía Campesina Europa, recordando que este mes se ha publicado el primer libro y se ha celebrado el primer seminario sobre el tema.
También señaló que a veces existe el malentendido de que la situación en Europa es más progresista. “En diferentes regiones hay leyes antimigrantes y anti-lgbt. Vemos mucha difusión de las terapias de conversión y aumento del discurso transfóbico”. Para ella, hay un lapso de identidad política. “Un proceso que ha sido bastante importante es la identificación y la importancia política de la identidad, la identidad campesina y la identidad campesina LGBT. Necesitamos identificar a nuestros miembros para aumentar nuestra red, construir alianzas, fortalecer el trabajo que se hace y luchar por la soberanía alimentaria y contra el patriarcado que quiere controlar los cuerpos”, concluye.
El próximo sábado (31/07) tendrá lugar el segundo momento del Seminario que, entre sus objetivos, busca debatir los retos de la diversidad sexual y de género.
Editado por Solange Engelmann