Sur Global

93 años del nacimiento de Samir Amin: una voz del Sur Global

Economista e investigador, su obra puso de relieve la necesidad del marxismo para la lucha de los pueblos de la periferia del capitalismo
Samir Amin, economista y escritor de origen franco-egipcio. Foto: Reproducción/Universidad de Ceará

Por Cícero Borba da Silveira
Del sitio web del MST

Samir Amin (1931-2018) fue uno de los mayores intelectuales del siglo XX. Durante más de sesenta años, mantuvo una militancia política que nos dejó un inmenso legado teórico.

Economista de formación, trabajó en diversos campos como profesional e investigador. En más de medio siglo de intensa producción, su obra siempre enfatizó la necesidad del marxismo en la lucha de los pueblos de la periferia del sistema capitalista.

Este martes (03) se cumplen 93 años de su nacimiento. Su producción fue tan prolífica que dio lugar a la publicación de más de treinta libros. Además, sus esfuerzos por comunicarse con los movimientos obreros de todo el mundo generaron innumerables ensayos, artículos, entrevistas y mucho más.

Irónicamente, una parte significativa de sus escritos sigue siendo poco conocida entre los lectores y los movimientos sociales brasileños.

Nacido en El Cairo, Egipto, y educado en París, la mayoría de sus obras fueron escritas en francés, muchas también en inglés y español. Hay pocos libros disponibles en portugués, entre ellos títulos como Os Desafios da Mundialização (2005), A Implosão do Capitalismo Contemporâneo (2018)O Eurocentrismo: Crítica de uma Ideologia (2021), y la serie de ensayos publicada por la Editorial Expressão Popular, Somente os Povos Fazem Sua Própria História (2020).

Los principales temas de estudio de Amin fueron la crítica de la economía política, las experiencias de la transición socialista y, sobre todo, las relaciones entre el centro y la periferia del sistema capitalista, entendiéndolo como un sistema mundial. Su elección de objetos de estudio aportó innovaciones al campo marxista. Sin embargo, su principal destaque y distinción proviene de su rigor analítico combinado con una creatividad constante, lo que le hizo conocido como defensor de un marxismo vivo.

Samir Amin es contemporáneo de las nuevas generaciones de estudiosos del imperialismo, después de los clásicos que fueron testigos del desarrollo del capitalismo que condujo a las guerras mundiales. Desde los años 50, ha elaborado análisis sobre la formación del nuevo orden mundial que se estaba instaurando. Durante su estancia en el Partido Comunista Francés, antes de regresar a África, conoció una sociedad compleja, observando las luchas de liberación nacional en las entonces posesiones francesas de Indochina y Vietnam.

También fue testigo de algunas de las revoluciones más importantes del siglo, como la de China en 1949 y la de Cuba diez años después. Samir tuvo la perspicacia de analizar el siglo XX no sólo como un periodo de Guerra Fría, con dos polos cohesionados y rígidos, sino con atención a las luchas y organizaciones de los pueblos del tricontinente.

En América Latina, su pensamiento está vinculado a la teoría marxista de la dependencia, desarrollada por André Gunder Frank, Vânia Bambirra, Theotônio dos Santos, Ruy Mauro Marini, entre otros. Desde finales de la década de 1960, estos intelectuales trataron de analizar el papel de América Latina en las relaciones económicas y de dominación mundiales. Sentaron las bases para entender que la salida del «subdesarrollo» no vendría a través del desarrollo capitalista clásico, sino rompiendo con la condición de subordinación en la que estos países habían sido insertados.

En el continente africano, a partir del mismo periodo, el mundo vio a los pueblos de un sinnúmero de países librar luchas de liberación nacional, que alimentaron la aparición de nuevas generaciones de pensadores (Aimé Césaire, Albert Memmi, Frantz Fanon). Samir Amin desarrolló una intensa actividad política y profesional en Egipto, Malí, Argelia y Senegal. Su capacidad intelectual también le dio a conocer como consejero de importantes procesos revolucionarios, como la breve pero significativa Revolución Burkinabé de Thomas Sankara.

Durante este periodo, el mundo entró en una nueva fase. La liberación de Vietnam en 1975 marcó el fin del dominio de los imperios coloniales. El dominio mundial pasó a estar liderado por Estados Unidos, en una tríada con Europa y Japón. Enfrentada a algunos países socialistas, esta dominación abarcaba también dimensiones militares, políticas y culturales. A partir de entonces, los términos globalización y neoliberalismo empezaron a dominar las noticias y la política. Se organizó un imperio global con mando militar, instituciones políticas y financieras, sostenido por una guerra permanente contra cualquier iniciativa del Sur Global que pretendiera avanzar en su soberanía.

Las nuevas experiencias de los trabajadores y la nueva fase del capitalismo actualizaron las preguntas que guiaron los esfuerzos de Samir: ¿Cuál es la posibilidad de que un país periférico rompa con las relaciones de dominación? ¿Quién es el sujeto de la revolución socialista en la periferia del sistema capitalista?

Sobre la primera cuestión, Samir desarrolló el concepto de desconexión, proponiendo nuevas herramientas teóricas para pensar la transición al socialismo. Sobre la segunda cuestión, nunca adoptó una postura mecanicista. No hizo suya la idea de la muerte del campesinado como sujeto revolucionario y estuvo atento a la emergencia y el impacto de los movimientos sociales. Sus esfuerzos por construir canales globales de articulación de estas nuevas organizaciones, con nuevos sujetos movilizados por profundas transformaciones sociales en sus países, es un ejemplo de ello, como se vio en los Foros Sociales Mundiales, organizados con la participación de Samir a principios de la década de 2000.

Otro aspecto importante de su obra es la atención prestada a las categorías centrales del materialismo histórico, como la transición entre modos de producción. En Clases y Naciones en el Materialismo Histórico y más tarde en El Eurocentrismo, Samir cuestiona las nociones tradicionales de transición entre comunismo primitivo, esclavitud, feudalismo, capitalismo y socialismo, una noción central en los programas nacionales comunistas y progresistas de todo el mundo. Su análisis pretende desvelar los aspectos eurocéntricos de esta forma de entender el mundo y superar estas limitaciones con una perspectiva marxista.

Samir no realiza estas críticas de forma desinteresada; al analizar el sistema mundial, pretende aportar nuevas herramientas de análisis, como la categoría de modo de producción tributario. A partir de este trabajo, parece que el pensamiento de Samir puede contribuir a mejorar la comprensión del eurocentrismo en las ciencias sociales y en la ciencia histórica, especialmente en las sociedades colonizadas, desde sus raíces.

Los males de las sociedades periféricas del capitalismo persisten, acompañados de guerras a una escala cada vez más alarmante. Sin embargo, avanzamos hacia la constitución de un mundo multipolar, donde el desafío al imperio estadounidense procede precisamente desde la periferia del sistema que lo engendró.

Samir Amin era conocido por sus estudios sobre el mundo árabe, pero en África se le considera un pensador africano. Quizá sea hora de reconocerle como lo que realmente fue: una voz del Sur Global.

*Del Levante Popular da Juventude y del Instituto de Educação Josué de Castro.

**Edición: Solange Engelmann

***Traducción: Natalie Illanes Nogueira