MST nas Eleições

João Paulo Rodrigues (MST): “La mitad de los parlamentarios del Congreso está involucrado con el agronegocio”

El mayor movimiento social de Brasil, el MST, presenta candidatos dentro de la coalición que lidera Lula. João Paulo Rodrigues, miembro de la dirección nacional de la organización, explica las razones de este apoyo
João Paulo Rodrigues, líder nacional del MST. Foto: MST

Por Cecilia Valdez/@cevaldiez
Do El Salto

El Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST) de Brasil es uno de los movimientos sociales más grandes de Latinoamérica. Se define a sí mismo como una organización sindical, popular y política, y su estrategia pasa por la lucha por la tierra, por la reforma agraria, por la educación y una sociedad más justa. 

La principal forma de lucha del MST es la ocupación de tierras ociosas. Luego de la ocupación viene el campamento, que puede llegar a durar meses o años, hasta que se declara la expropiación. Hoy por hoy, un millón de familias ocupan 30 millones de hectáreas en Brasil y, de ese millón, una mitad está vinculada al MST. Las de este año son las primeras elecciones nacionales en las que el MST presenta candidatos propios como parte de la coalición de gobierno que impulsa una nueva presidencia de Luiz Inácio Lula da Silva. João Paulo Rodrigues es miembro de la dirección nacional del MST y forma parte del equipo que acompaña la coordinación de la campaña presidencial.

¿Cuál es su historia como integrante del MST?
Mi padre fue uno de los fundadores del MST, y yo con tres años ya fui a acampar como parte de la ocupación de tierras. Soy parte de la primera generación de hijos de quienes sentaron las bases del MST y creo que soy el más viejo de los que venimos de la lucha política de ese entonces, lo que significa que participe del proceso completo del MST. Como empecé tan joven en la parte política, ya a los 14 años formé parte de la dirección del MST a nivel local, a los 16 a nivel estadual y a los 19 a nivel nacional. Además, me formé en un lugar de mucho conflicto que me permitió un crecimiento muy rápido y, como mi padre era dirigente, mi casa era prácticamente un local del MST. Como parte de ese proceso hice un curso de técnico agropecuario en la Universidad de San Pablo y me formé en Ciencias Sociales. Durante el Gobierno de [Fernando Henrique] Cardoso me fui a Brasilia para coordinar la oficina nacional del MST, y luego, en los cuatro primeros años de Lula, también coordiné las relaciones del MST con el Gobierno. En 2006 volví a San Pablo y hoy formó parte de la Secretaría General del MST. 

Yo creo que hoy Lula es más consciente de que necesita una producción que preserve el medio ambiente y que para eso la reforma agraria es fundamental

Estas son las primeras elecciones en las que el MST presenta candidatos a nivel nacional. ¿Por qué tomaron esa decisión y por qué decidieron apoyar a Lula?
Creo que es una combinación de factores, pero hay tres más importantes. El primero es que necesitamos derrotar al golpe, y para eso es necesaria nuestra participación electoral. El golpe no lo derrotamos solo con la ocupación de tierras, es necesario otro tipo de instancias de participación. El segundo, es que tenemos una cantidad muy grande de concejales de las elecciones pasadas y creamos una base social que quiere disputar elecciones a nivel nacional, a diferencia de la dirección del MST que no estaba muy de acuerdo con esa decisión y con el riesgo que implica institucionalizarse. Hay unos cuantos candidatos del MST que son referencia y que tienen posibilidades de entrar al Parlamento, diría que de los 15, al menos unos 10. 

¿Qué lugar ocupa la reforma agraria en la agenda de Lula? ¿Cómo ha sido la experiencia del MST en relación a este tema y a las políticas adoptadas por los anteriores gobiernos del PT?
Hay un problema general de la izquierda respecto a la importancia de hacer o no la reforma agraria. Desde el punto de vista clásico, la propuesta de una reforma agraria por parte de los socialistas y los capitalistas era resolver cuatro demandas: la producción de materias primas para la industria, el desarrollo del interior del país, la generación de empleo y la producción de alimentos. El agronegocio como política del capital resolvió todas las demandas, entonces, ¿para qué una reforma agraria si gran parte de la población vive en los centros urbanos y es mucho más barato hacer políticas urbanas? Cuando Lula fue gobierno sintió esa contradicción, y sabe que eso solo se resuelve a través de la agricultura familiar porque el agronegocio prioriza la producción para la exportación de soja, maíz, y nada más. Hoy la situación es diferente, sobre todo respecto a la producción de alimentos. Por lo tanto, yo creo que hoy Lula es más consciente de que necesita una producción que preserve el medio ambiente y que para eso la reforma agraria es fundamental.

“El golpe no lo derrotamos solo con la ocupación de tierras, para eso es necesaria también la participación electoral”

¿Cómo analizan el hecho de que los gobiernos de Lula y el PT apoyaron políticas económicas como las del agronegocio?
El agronegocio como fuerza popular es muy pequeño —pocas y enormes haciendas en pocas manos—, pero como fuerza política es muy grande. La mitad de los parlamentarios del Congreso Nacional está involucrado con el agronegocio. Son una potencia que además está muy instalada en la cultura y los medios, y representa la principal fuerza política de Brasil desde que es República, hace 200 años. Nunca tuvimos un desarrollo industrial tan fuerte como el del agronegocio. Es necesario que el nuevo gobierno desarrolle otro modelo agrícola y creo que ahí Lula va a llevar adelante los cambios necesarios. El agro necesita resolver tres problemas principales: el primero es el de la producción con un enorme consumo de agrotóxicos; el segundo, el de la violencia en el campo, ya que Bolsonaro metió armas; y el tercero, es que solo se produce para la exportación, porque el agro vive de soja. Si no se dan estos cambios habrá problemas.

¿Cree que Lula, a diferencia de sus anteriores gobiernos, le va a dar prioridad a la cuestión ambiental?
Sí, este es otro Lula y la situación brasileña tampoco es la misma. Creo que el tiempo, la prisión, y los viajes, le han permitido una comprensión más grande de la necesidad de un cambio en el tema de la agricultura, de la Amazonía, de lo indígena, del medio ambiente, y de la tierra y los recursos naturales.

Para ampliar base electoral Lula ha situado como candidato a vicepresidente al conservador Geraldo Alckmin. ¿Esa alianza con la derecha no puede convertirse en un arma de doble filo como ya ha ocurrido en tantos países de América Latina?
En este caso no creo que sea así porque Alckmin viene muy solo, la derecha lo abandonó y no tiene un gran respaldo. Entonces, cuando Alckmin vino a la alianza no trajo ni un asesor. Él no representa una fuerza social organizada, sino que se trata de algo más bien simbólico. Él dialoga, por su posición política, con los sectores conservadores, y eso es importante para Lula para poder establecer acuerdos, porque la derecha confía mucho en él, pero no está en condiciones de imponer nada.

Nosotros creemos que no hay posibilidad de alcanzar una reforma agraria, y la emancipación del sujeto político, sin alfabetización. Para nosotros la educación y la ocupación de tierras van de la mano

Entiendo que para el MST es tan importante la educación popular como ocupar la tierra…
Claro, nosotros creemos que no hay posibilidad de alcanzar una reforma agraria, y la emancipación del sujeto político, sin alfabetización. Para nosotros la educación y la ocupación de tierras van de la mano. Trabajamos la educación en cuatro niveles, el primero es con los niños y la llamamos escuela itinerante. Ni bien ocupamos la tierra montamos una escuela, y sí el campamento se muda, la escuela también. El segundo nivel de escolarización tiene convenios con los gobiernos municipales y estaduales; el tercero es un proyecto de alfabetización de jóvenes y adultos y, por último, está el proceso universitario, tenemos convenios con 64 universidades.

El MST ha tenido, a lo largo de su historia, un intercambio importante con otras organizaciones y países de la región, ¿cuán necesaria es la integración latinoamericana? 
Hay una crisis muy grande en América Latina respecto a los movimientos populares, venimos de derrotas muy significativas y nos va a llevar tiempo recuperarnos. Para América Latina es muy importante que un Gobierno de Lula habilite cambios en el sentido económico y construya otra América Latina, pero también es importante para América Latina que Lula esté fuerte. Está es la primera vez que se cuenta con México, y eso sí que nos permite hablar de América Latina, no sólo de América del Sur. Entonces, la entrada de México, Colombia, Perú y Chile, nos permite hablar de unidad y creo que Lula eso lo va a saber aprovechar.