Elementos de la situación en Brasil

¡Llamamos a las organizaciones populares y políticas y a todos los que luchan por un mundo más justo a sumarse a la lucha del Pueblo Brasileño!
¡Prisión para Bolsonaro y todos los involucrados en los ataques à democracia en Brasil!. Foto: reproducción

De la Página del MST

Domingo, 08 de enero, un grupo de extremistas partidarios de Bolsonaro, orientados bajo consignas neofascistas, invadieron y depredaron el Congreso Nacional – sede del Poder Legislativo, el Palacio del Planalto – sede del Poder Ejecutivo, y el Supremo Tribunal Federal – sede de la suprema corte judicial.

Las corporaciones militares responsables de la seguridad de los edificios de los tres poderes, comandados por el gobierno de extrema derecha del Distrito Federal no se movieron para evitar ese ataque. Al contrario, actuaron como cómplices de los terroristas, escoltando al grupo por las calles de Brasilia, facilitando su acceso al local, e ya dentro del Congreso, orientando a los bandidos para que llegasen hasta el plenario de diputados.

Brasilia es una ciudad de fácil control de masas humanas. Los espacios son amplios, los edificios están distantes unos de otros. Para ejecutar una acción como esa de los extremistas de derechas, con tanta facilidad, falta contar con el beneplácito de las fuerzas de seguridad.

En el domingo mismo el presidente Lula ha decretado la intervención federal en las fuerzas de seguridad del Distrito Federal, y la Suprema Corte determinó la suspensión del gobernador por 90 días. Bajo el mando de un interventor indicado por el ministro de Justicia, los criminales han sido controlados, sus campamentos removidos, y hasta ese momento unas 800 siguen presas.

Además del ataque en Brasilia, los criminales intentaron orquestar ataques a refinarías de petróleo y cortes de carreteras de modo a paralizar ciudades como São Paulo, en el amanecer del día 09 de enero. Ninguna de esas acciones tuvo éxito, con las policías actuando, en general, de modo preventivo.

El presidente Lula, sus ministros, el Congreso y la Suprema Corte reaccionaron frente al golpismo y anunciaron medidas de investigación y responsabilización de los golpistas y sus financiadores, demostrando la cohesión en defensa del Estado Democrático de Derecho

Es posible identificar algunos de los pilares de ese intento de golpe en Brasil: el agronegocio, un importante financiador de los golpistas; pastores evangelistas, importantes formadores ideológicos en el trabajo en las bases; medios de comunicación que han insuflado y desinformado; sectores del Ejercito y de las Policías Militares, que salieron impunes de la dictadura militar y no se ven obedeciendo al poder civil.

En respuesta a esos ataques terroristas, el pueblo brasileño salió a las calles el día de ayer. Millones de personas, en todas las capitales de Brasil y en otras centenas de cuidades, salieron en defensa de la democracia y por la punición de los participantes, financiadores y idealizadores de los ataques. ¡SIN AMNISTIA! Fue el grito que resonó en todas las movilizaciones.

Los pueblos del mundo se unieron al pueblo brasileño. Hubo manifestaciones en Estados Unidos, Italia, Francia, Argentina, Alemania, Suiza, Reino Unido, México, Estado español, Venezuela.

Aún esta semana, están previstas manifestaciones por la Democracia en Brasil en Portugal, Canadá y Holanda.

Los golpistas convocaron a nuevas manifestaciones para este miércoles, 11 de enero, a las 18 horas de Brasil, en 20 capitales y en el Distrito Federal, con el lema: “mega manifestación nacional por la reanudación del poder”. Según sus mensajes “de nada sirve gritar, hay que provocar el caos social, es decir, paro, desabastecimiento y huelga”.

Movimientos y organizaciones populares de Brasil convocan a una gran movilización nacional en defensa de la democracia el próximo domingo 15 de enero en Brasilia

Mientras tanto, Bolsonaro sigue ilegalmente en Estados Unidos, ya que ingresó al país con pasaporte diplomático, al que ya no tiene derecho.

Las acciones perpetradas por la extrema derecha y las fuerzas fascistas en Brasil forman parte de una tendencia global que pone en disputas las actuales formas de gobierno bajo la democracia representativa buscando desconocer el derecho al voto y la participación popular.

10 de enero 2022 – MST – Movimentos dos Trabalhadores Rurais Sem Terra