Reforma Agraria

João Paulo Rodrigues: ‘La investigación contra el MST es una oportunidad para disputar ideas’

El dirigente habla sobre los rumbos de la CPI, el PL de las Fake News y la Feria Nacional de la Reforma Agraria
El dirigente nacional del MST, João Paulo Rodrigues. – Foto: Guilherme Santos/Sul21

Por José Eduardo Bernardes/ Traducción: Isabela Gaia
Del Brasil de Fato

La Comisión Parlamentaria de Investigación (CPI) del MST (Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Tierra), articulada por parlamentarios bolsonaristas y por la bancada ruralista en la Cámara de Diputados, instalada la semana pasada, todavía no realizó su primera sesión. 

La investigación, que está bajo el control del diputado federal Coronel Zucco (Republicanos) y con posible reporte del exministro de Medio Ambiente de Jair Bolsonaro, Ricardo Salles (Partido Liberal), utiliza como parámetro ocupaciones que formaron parte de la Jornada de Abril Rojo del Movimiento, que tiene lugar todos los años, desde la Masacre de Eldorado do Carajás en 1996, en el estado de Pará (región norte del país), que dejó a 21 sin tierra muertos.

Según el coordinador nacional del MST, João Paulo Rodrigues, la CPI “nace muerta, desde el punto de vista de su objeto”. Sin embargo, “tendrá mucha fuerza propagandística”. Por otra parte, señala el coordinador, existe una ventana de oportunidad para que el propio movimiento revele a la sociedad cuáles son sus estrategias a la hora de ocupar terrenos que no cumplen su función social. 

João Paulo Rodrigues es el invitado de esta semana en el BdF Entrevista y comenta la ola de solidaridad que ha recibido el Movimiento desde la instalación de la CPI. Una de estas demostraciones vino de un grupo de juristas y abogados, que se ofrecieron para ayudar al MST durante el período de investigación. 

“Hemos recibido cientos de mensajes de solidaridad de partidos, centrales sindicales, incluso sectores del gobierno, del Congreso Nacional, amigos internacionales y abogados, que se pusieron a disposición para ayudar al Movimiento. Esto demuestra la seriedad y el compromiso que tiene el MST con la lucha política en Brasil”, explica. 

En la conversación, Rodrigues también habla de la Feria Nacional de la Reforma Agraria, que comenzará esta semana, en el Parque da Água Branca, en la región central de la ciudad de São Paulo. El tradicional evento, que tiene como objetivo acercar a los productores del Movimiento a los sectores urbanos de la sociedad, se realiza al mismo tiempo que el MST enfrenta esta disputa en el Congreso Nacional.

Lea la entrevista: 

Brasil de Fato: La CPI del MST, como ha sido denominada la Comisión Parlamentaria de Investigación articulada por la bancada ruralista contra el Movimiento Sin Tierra, deberá tener su primera sesión en las próximas semanas. ¿Cómo reaccionó el Movimiento a esta investigación?

João Paulo Rodrigues: Mire, es más que nada una persecución política contra el MST. Una CPI que no tiene ningún objeto predefinido. Será como un escenario, un teatro para que el Parlamento pronuncie discursos de odio contra los campesinos, contra la agenda de la reforma agraria y, al mismo tiempo, presione al gobierno y al poder judicial sobre cuestiones relacionadas con la cuestión de la tierra en Brasil. 

Es una pena que tengamos que pasar por esta quinta CPI, como parte de nuestra lucha política. Creemos que vamos a enfrentarla con la frente en alto y, al mismo tiempo, construir una agenda de apoyo para que las personas se solidaricen con nuestra lucha y con la agenda de reforma agraria.

Fueron poco más de 30 ocupaciones de tierras, que forman parte de las Jornadas de Abril Rojo, un período tradicional de luchas del MST, algunas de ellas en áreas muy importantes para el agronegocio. ¿Fue esto lo que, de hecho, movilizó a la bancada ruralista? 

Hay 33 ocupaciones. De este total, tres tuvieron lugar en áreas simbólicas para ellos. Es comprensible. Ocupar un área de eucaliptos en Brasil, perteneciente a la empresa más grande del mundo, que es Suzano… Es comprensible el tamaño de la fuerza que tienen. Ocupar un área abandonada de Embrapa (Empresa Brasileña de Investigación Agropecuaria), que el agronegocio considera un símbolo de lo que son, también es parte de una idea de que hemos tocado un área muy sensible para el agronegocio. 

Ahora bien, ambas áreas tienen problemas. Cuando el MST las ocupó, fue precisamente para denunciar algo simbólico para ellos. Embrapa tiene tierras improductivas, 3 mil hectáreas. Suzano se ha apoderado de tierras públicas. Por lo tanto, queremos denunciar, precisamente, que no se trata solo de áreas improductivas del agronegocio, los latifundios. 

Hay otras áreas que deben ser tenidas en cuenta, para que la sociedad las examine al hacer un plan nacional de reforma agraria.

Esta, como usted comentó, es la quinta CPI que intenta investigar el Movimiento Sin Tierra. En la investigación anterior, el MST mantuvo contratos con el gobierno federal. Ahora, no hay una relación directa entre el MST y el gobierno. Aún así, ¿cree que tiene la capacidad de desgastar al gobierno federal?

Mire, es una CPI que nace muerta, desde el punto de vista de su objeto, pero tendrá mucho poder propagandístico. Para los medios bolsonaristas, es mucho más fácil abrir el micrófono para la CPI contra nosotros, que para la CPI sobre el [atentado golpista del] 8 de enero. En la práctica, taparán la CPI del 8 y darán mayor visibilidad a la CPI del MST. 

Ahora bien, es una disputa ideológica. Si logramos ganar fuerza en la sociedad, también podemos aprovechar y orientar las razones de las ocupaciones, que luego alcanzaremos en áreas improductivas, vacantes. Vamos a llegar a los latifundios, a las áreas que tienen pesticidas y a las tierras ocupadas por el gran capital.

Vamos a tener que tener mucho cuidado, no es momento de provocaciones y como venimos diciendo por ahí, el MST tiene tres grandes misiones: defender al gobierno; defender a nuestros asentados y acampados; y mantener la autonomía para poder luchar y, al mismo tiempo, movilizarnos.

Y, al mismo tiempo que circula la noticia de la CPI, el MST promueve otra edición de la Feria Nacional de la Reforma Agraria, en São Paulo, en el Parque da Água Branca. Comienza esta semana, el día 11. ¿Es esta también una oportunidad para acercar el movimiento a la ciudad?

No tengo dudas. La Feria de la Reforma Agraria es el punto culminante del movimiento, donde tenemos la capacidad de dialogar con la sociedad, de rendir cuentas sobre cuántas familias se han beneficiado del programa de reforma agraria, y de lo que se está produciendo en todo el país. 

Hoy hay aproximadamente 60 mil familias esperando tierras para sembrar y vivir en campamentos en diferentes regiones del país, pero sobre todo en la región Nordeste.

Por eso estamos muy entusiasmados con la Feria. Están llegando más de 500 toneladas de alimentos. Una enorme cantidad de variedad de productos elaborados en todo el país y variadas gastronomías. Esta feria será un hito en la lucha contra la CPI.

Respecto a este acercamiento entre la ciudad y el campo, esto de llevar el MST al medio urbano, en los últimos años ha habido un movimiento de acercamiento de las personas al Movimiento. Se vendieron muchas gorras, además de otros símbolos del MST. Esta fue una táctica que el movimiento adoptó durante el gobierno de Bolsonaro. ¿Cómo ha sido esta recepción en las zonas urbanas? 

Mire, el MST, en el último período, tal vez fue el momento que creó más relaciones con la sociedad. Creo que es una combinación de factores: primero, nuestra lucha contra el golpe, en defensa de Dilma; la defensa de Lula; nuestra participación activa en las elecciones. Pero creo que lo más emblemático, y lo que hizo que el MST ganara más adeptos y seguidores, fueron las campañas solidarias que hicimos contra el hambre y la pobreza extrema durante la pandemia. 

Creo que esto es el resultado de años de trabajo y que hizo ver al MST como una organización seria, con capacidad de organización y capacidad de movilizar su militancia para contribuir con campañas solidarias, con temas de alfabetización de jóvenes y adultos, también con el tema de producción agrícola. 

Por eso, estoy entusiasmado. Creo que es un lindo momento del MST con la sociedad y por eso hay que cuidar este momento. Y cuidar este momento es ocupar los latifundios improductivos, denunciar la concentración de la tierra, luchar en defensa de la alimentación sana y ser muy generosos con la clase trabajadora, juntos en las principales batallas que el pueblo ha librado y libra en todo el país.

Usted participó activamente en la campaña del presidente Lula, siguió de cerca cómo se desarrollaba la formación del gobierno. Habiendo cumplido poco más de 100 días en el gobierno, ¿cuál es su evaluación de la gestión en este primer trimestre? Hay algunas dificultades, principalmente en el ámbito económico, y otros grandes retos… 

Creo que hay puntos positivos, puntos que aún no sé valorar, y hay puntos negativos. Llamaría la atención, entre los puntos positivos, la capacidad de Lula para tomar las riendas del gobierno con el tema de la economía. Ha sido muy rápido, está consiguiendo acertar en los puntos. 

La capacidad de aprobar una PEC [Propuesta de Enmienda a la Constitución] que mejore el presupuesto del gobierno en el Congreso Nacional, ya en los primeros días de gobierno. Y, al mismo tiempo, esta agenda de continuidad de proyectos y programas sociales que se consolida en el país. Son puntos importantes. Pienso que lo principal que tiene que hacer Lula es avanzar contra el hambre y lo está logrando y hay que reconocerlo. 

Ahora bien, todavía hay muchos problemas en la articulación política, en la relación con los movimientos, todavía hay que ajustar los tiempos de cada programa social con las demandas que hay en el campo y, al mismo tiempo, las dificultades para construir una mayoría en el Congreso Nacional. 

Pero tengo mucha confianza en que nuestro gobierno tendrá éxito y en que la forma de apoyarlo es estar juntos en las dificultades. Pero también estar juntos en las luchas, presionando para que cumpla su función social y la mejora de la reforma agraria.

¿Qué espera de la CPI del 8 de enero? El Supremo Tribunal Federal ya condenó a más de 400 personas que fueron detenidas durante los actos y en los días posteriores.

Mire, creo que la expectativa es muy alta para nosotros, al menos, para comprender mejor la dinámica del bolsonarismo, al pensar en una acción como esa. Es hora de saber quiénes fueron los seguidores, si fue un golpe de Estado, si solo fue una protesta, quiénes estuvieron detrás de cada uno de los actos que se construyeron y, al mismo tiempo, en mi opinión, identificar las Fuerzas Militares que estaban detrás de ese golpe. 

Creo que este es el punto culminante, que será un momento para que el Congreso, los diputados, investiguen las fuerzas ocultas que produjeron esta gran acción golpista del 8 de enero. 

Otro tema que tiene que ver con la CPI del 8 de enero es el PL [Proyecto de Ley] de las Fake News. Es un proyecto que está en marcha desde 2020, no es necesariamente un asunto del gobierno federal y tuvo algunas dificultades para salir adelante -obviamente, el escenario de los últimos cuatro años fue un factor de complicación- y ahora enfrenta dificultades en el Congreso. ¿Qué esperar de este proyecto de ley?

Este PL es un enfrentamiento súper radical. No pasó por poca articulación política, pero pasa que la base del golpe la dan las fake news. La base del golpe es una combinación entre el agronegocio, el gran capital financiero internacional, que anda por ahí financiando este tipo de cosas, las Fuerzas Armadas y las fake news. 

Si logran enmarcar las fake news, que es el famoso uso de las big techs, descubrirán y detendrán parte del avance del fascismo en Brasil. Por eso la lucha que se libra en el Congreso Nacional es una lucha histórica, es un PL histórico. Si logramos que el proyecto sea aprobado por el diputado Orlando [Silva] (PCdoB-SP) tal como está, será un gran avance para todos nosotros.

Usted mencionó a las big techs, y ellas se manifestaron públicamente en contra del PL, aliadas con algunas bancadas del Congreso, como la de los evangélicos, que querían mantener la idea de difundir odio y mentiras a través de las redes sociales. ¿Cómo vio la acción de las grandes empresas de tecnología que incluso obstaculizaron el avance del proceso en el Congreso Nacional?
 
Creo que hay diferentes objetivos allí. Cada grupo político tenía un objetivo para bloquear la realización de este proyecto: los evangélicos, porque quieren seguir difundiendo la idea de que solo ellos tienen la posibilidad de llevarnos al cielo; el bolsonarismo, porque necesita crear narrativas a partir de las fake news; y las big techs, en mi opinión, por la cantidad de dinero que generan las fake news con impulsos, y así sucesivamente. 

Creo que el objetivo de las big techs ni siquiera es que sean fascistas; podría ser incluso el caso de Elon Musk, de Twitter, pero los demás se orientan mucho más por el dinero que pueden llegar a perder, en caso de que tengan que inspeccionar y seguir de cerca el tema de las fake news. 

Para ellos, entonces, es un problema de orden económico. Ante cualquier acción que obstaculice su acción económica, tendrán este comportamiento. Creo que este debate merece profundizarse más en la sociedad, tiene que ser más popular, de lo contrario, por mucho que tengamos una victoria en la Cámara, seguirá siendo un proyecto que difícilmente ganará apoyo en la calle y en el área digital. 

Los líderes de los movimientos populares suelen decir que un gobierno sin apoyo popular, sin gente en la calle, no puede sostenerse o no puede llevar a cabo sus proyectos. ¿Cómo se están articulando los movimientos para darle ese apoyo al gobierno y llevar agendas relevantes a las calles? 

Creo que todavía es muy temprano, la gente está viendo el balance de los 100 días de gobierno, armando sus estrategias. Existe un deseo de hacer un frente contra el bolsonarismo y luchar contra la política de tipos de interés. Existe un deseo de tener un nuevo frente, que es la participación popular en el proyecto de gobierno y la consolidación del Comité Popular. Pero todo esto está en etapa de construcción. 

Creo que todavía es pronto para que podamos decir cómo se comportarán los movimientos en términos de gobierno en los próximos cuatro años. Cada uno está haciendo un balance y viendo lo que queda después de seis años de golpe y, al mismo tiempo, organizando una estrategia que dé cuenta de la complejidad del próximo período, que es luchar en defensa de Lula, en defensa de nuestros derechos y contra la extrema derecha. 

A pesar de eso, el 1º de mayo fue un gran acto, por lo que hay que valorarlo. La jornada de mujeres del 8 de marzo fue importante. Y llamo la atención aquí sobre nuestra Jornada de Abril, que demostró la voluntad del pueblo brasileño de seguir luchando incluso cuando el gobierno es nuestro.

Edición: Flávia Chacon e Rodrigo Durão Coelho