Derechos Humanos
Asesinan a líder quilombola brasileña en Bahía
Del Brasil de Fato
Traducción: Isabela Gaia
Integrar, desde 2017, el Programa de Protección de Defensores de Derechos Humanos (PPDDH) del gobierno federal no impidió que Maria Bernadete Pacífico fuera ejecutada el pasado jueves 17, en su terreiro de candomblé, en Simões Filho, Bahia, delante de sus tres nietos.
Esto se debe a que el programa, que debía garantizar que Bernadete circulara con seguridad en su rutina diaria, tuvo fallas y el gobierno federal no le ofreció a la líder quilombola su forma más rigurosa de asistencia y garantía de vida.
El sistema de vigilancia por imágenes que se instaló en 2019, y que había sido solicitado por la defensa de Bernadete desde 2017, contenía siete cámaras. De estas, cuatro estaban rotas. En julio de este año, cuando se reunió con Rosa Weber, magistrada del Supremo Tribunal Federal (STF), la líder quilombola habló sobre el sistema de monitoreo.
“Hoy vivo de esta manera, que no puedo salir, que me revisan, toda la casa está llena de cámaras, hasta me siento mal, pero es así”, explicó Bernadete a Weber. En ese momento, la quilombola informó a la magistrada que estaba recibiendo amenazas de muerte.
Según informes de quilombolas, familiares y amigos de Bernadete, las amenazas fueron realizadas por madereros que actúan en la región de Simões Filho, dentro del quilombo, que, si bien todavía no es un territorio reconocido por el Estado, es un Área de Protección Ambiental (APA).
Otra falla del programa de protección, de la que se quejaron las personas cercanas a Bernadete, tenía que ver con la presencia policial. Un solo patrullero iba diariamente a la sede de la asociación que presidía Doña Bernadete, por la mañana o por la tarde, revisaba, veía que todo estaba bien y se iba. “¿Qué tipo de protección es esta?”, preguntó David Menezes, el abogado de la familia, en una entrevista con el sitio web G1.
En entrevista con Brasil de Fato, el hijo de Bernadete, Jurandir Pacífico, afirmó que las imágenes de las cámaras que estaban dentro del terreiro fueron entregadas a la policía. La investigación aún no ha llegado a la identidad de los ejecutores de la líder quilombola.
“Asumo mi responsabilidad”
El pasado viernes 18, el ministro de Derechos Humanos y Ciudadanía, Silvio Almeida, lamentó la muerte de Bernadete Pacífico. “No queremos más mártires. Queremos que los defensores de los derechos humanos puedan cruzar este camino hacia una sociedad más justa vivos y junto a nosotros. El deber del Estado ahora, en un gobierno de izquierda, es perfeccionar los mecanismos de protección de los defensores de derechos humanos”, dijo el ministro del gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva, en una cena ofrecida por el Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST), en la noche de este viernes 18.
“Es responsabilidad del Estado. Hablo como ministro de Derechos Humanos y Ciudadanía. Asumo mi responsabilidad, en representación del Estado brasileño. No podemos aceptar lo absurdo de lo que le pasó a Bernadete. No podemos aceptar estas fallas del Estado brasileño, y hablo como ministro de Estado.”
El ministro también afirmó que hay una serie de “problemas” estructurales en Brasil que no permiten la protección integral de los defensores de derechos humanos. En ese sentido, dijo que el pueblo brasileño necesita organizarse para cambiar la sociedad.
“Vivimos en un país que desprecia a los defensores de derechos humanos y por eso hay una serie de problemas que existen aún cuando el Estado quiere defender los derechos humanos. La población que muere no depende solo de la buena voluntad. Solo se puede cambiar la situación en Brasil con un pueblo organizado. Si el pueblo no está organizado, no podremos hacer nada. El rol del gobierno popular de izquierda es ayudar al pueblo a organizarse. La sociedad no cambiará sin una conexión fundamental con el pueblo”, afirmó.
Edición: Nadini Lopes e Vivian Virissimo