Medio Ambiente
“Es inconmensurable el daño ambiental que el gobierno de Bolsonaro ha traído a Brasil”, afirman jóvenes del MST
Por Solange Engelmann
De la página del MST
Con la política de destrucción ambiental desarrollada por el Gobierno de Bolsonaro desde hace más de tres años en Brasil, cada día crecen las cifras de deforestación, crímenes ambientales y diversas formas de violencia contra los pueblos del campo, aguas y florestas.
Sin embargo, con las elecciones de este año, este es un momento decisivo para el futuro del país y del medio ambiente, porque el futuro del país, de la agricultura campesina y de la reforma agraria dependen de la recuperación y preservación del medio ambiente.
Bajo el lema “Reforma Agraria Popular: Plantando el Brasil de la Esperanza”, en el Día del Árbol, el 21 de septiembre, el MST realiza diversas acciones para enfrentar la crisis ambiental y defender los Biomas en todo el país, con ocupación de territorios, plantación de árboles y denuncia de los crímenes ambientales cometidos por los y las candidatas del agronegocio.
La actividad se enmarca también en las acciones del Plan Nacional Planta Árboles, Produce Alimentos Saludables, puesto en marcha en 2020 con el objetivo de plantar 100 millones de árboles en diez años.
“El plan pretende llamar la atención de la sociedad sobre la importancia y la urgencia de incorporar al pueblo trabajador en el debate ambiental y también en la construcción de alternativas a la crisis ambiental, ya que es el pueblo el que más sufre sus consecuencias, y para el Movimiento la mejor manera de hacerlo es con el ejemplo y la práctica”, explican Aline Oliveira y Camilo Augusto, ambos del Colectivo de Jóvenes del MST y del Plan Nacional Plantar Árboles.
Conozca más sobre las actividades en la entrevista completa con los jóvenes del MST:
¿Cuál es la intención del MST con las actividades del Día del Árbol, que tienen lugar durante todo el mes de septiembre?
El objetivo principal de las acciones que estamos llevando a cabo este mes de septiembre es llamar la atención de la sociedad sobre la urgencia de la lucha ambiental. Y como estamos en la recta final de la campaña electoral, estas acciones también tienen como objetivo desenmascarar las candidaturas que apoyan y/o son responsables de la aceleración de la destrucción del medio ambiente y la biodiversidad brasileña, encabezada por el Gobierno de Bolsonaro y evidenciada en los datos sobre el aumento de los incendios forestales y la deforestación; así como las diversas tragedias ambientales que hemos vivido en los últimos años, que tienen una conexión directa con el modelo destructivo del agronegocio, fortalecido por Bolsonaro.
Algunos candidatos vinculados al agronegocio han intentado desvincularse de los crímenes ambientales y del desmantelamiento de las políticas públicas para camuflar su proyecto de muerte y destrucción para triunfar en la contienda electoral.
Por lo tanto, las acciones llevadas a cabo por el MST en su conjunto tienen como lema develar el proyecto ambiental de muerte del Gobierno de Bolsonaro y sus aliados.
¿Qué acciones están previstas en el país?
El MST participa en diferentes acciones que dialogan con este tema a lo largo del mes. Estamos preparando varias acciones para la semana del 21 de septiembre, que es el Día del Árbol y, por lo tanto, tiene un significado simbólico por ser una fecha conmemorativa en el calendario nacional. Entre ellas están las actividades de denuncia de los delitos ambientales y de sus responsables, especialmente los candidatos de esta contienda electoral, así como las acciones de plantación de árboles que anuncian el compromiso del MST con la vida y con el presente/futuro de la humanidad. Y, por último, se llevarán a cabo diversas acciones con los candidatos que también se comprometan con la agroecología y la preservación de la vida, junto con la preservación de la naturaleza.
¿Cuáles son los perjuicios de la política de destrucción ambiental del Gobierno de Bolsonaro para las familias Sin Tierra, los pueblos indígenas y las comunidades tradicionales?
Es inconmensurable el daño ambiental que el gobierno de Bolsonaro ha traído a Brasil y a la humanidad. La destrucción del cerrado, cuna de las aguas, y del Amazonas (principalmente) tiene un impacto en la regulación climática del mundo.
Y la destrucción impulsada por Bolsonaro, tiene consecuencias irreversibles para la biodiversidad brasileña, porque el proyecto de destrucción, especialmente en la Amazonía conlleva consecuencias en todos los biomas brasileños, porque los biomas están interconectados.
El gobierno de Bolsonaro con sus políticas agredió la existencia, condiciones de vida y permanencia en los territorios, de las familias Sin Tierra, indígenas, quilombolas y tradicionales. Este gobierno ha impulsado la apertura de caminos para la expansión de las fronteras de la explotación agrícola y minera de forma predatoria sobre nuevos territorios que estaban fuera del alcance legal y del dominio del capital, lo que se observa fácilmente en los movimientos legislativos, en relación con la regulación de la tierra, que pretende legalizar las tierras públicas usurpadas por el agronegocio.
¿Y qué está sucediendo con los ataques a los territorios y contra los pueblos indígenas?
Se intenta aprobar la tesis del Marco Temporal, que tiene como objetivo hacerse de las tierras indígenas para la explotación del agronegocio y de las empresas mineras, sin mencionar la escalada de violencia contra los pueblos del campo, especialmente los pueblos de las florestas (caso de los Guaraníes Kaiowá y Yanomami).
La saña de estos sectores por los territorios ocupados por estos sujetos populares ha incrementado la violencia en sus diferentes dimensiones, además de haber secuestrado al Estado brasileño y a algunas instituciones públicas para que actúen a favor de los intereses del capital, en detrimento de los pueblos del campo, poniendo fin a importantes políticas públicas como el PAA [Programa de Adquisición de Alimentos] y el PNAE [Programa Nacional de Alimentación Escolar].
El aumento de los conflictos en el campo es el resultado de la política de destrucción de las comunidades campesinas en nombre de un proyecto capitalista para la naturaleza. Así como, la violencia contra los activistas medioambientales en este periodo actual. La desregulación de los ciclos de lluvias y de la complejidad ecológica de los diversos biomas brasileños, debido a la destrucción ambiental de los últimos años, también ha impuesto serios límites a la producción campesina de alimentos saludables, resultado de la forma de producir del agronegocio y de su fortalecimiento bajo el mencionado gobierno.
El Informe Anual de Deforestación de Mapbiomas de julio de este año demostró que el agronegocio era responsable por el 97% de la deforestación en Brasil hasta 2021. ¿Qué consecuencias tiene esto para el medio ambiente y para el futuro de los jóvenes Sin Tierra que viven en las áreas de Reforma Agraria?
Los jóvenes son los más afectados porque tendrán que afrontar las consecuencias más drásticas de esta destrucción. Investigaciones indican que hasta 2040 habrá millones de refugiados climáticos en el Amazonas, que los extremos climáticos no han hecho más que intensificarse y que las condiciones de vida que conocíamos pueden dejar de existir debido a la destrucción ambiental. Además, los escenarios pandémicos serán cada vez más recurrentes debido al desequilibrio ambiental y este contexto apocalíptico será vivido por los jóvenes, que han sido podados en las perspectivas de un futuro plural y popular.
El Gobierno de Bolsonaro acelera estas contradicciones al limitar la acción popular organizada y hacer de la impunidad una norma para los terratenientes, poniendo en riesgo la reproducción de la vida en las comunidades tradicionales y asentamientos, ya que son los territorios que están en el centro de la disputa por la tierra, sólo superados por las Tierras Indígenas y las reservas forestales.
Los asentamientos y las comunidades tradicionales son territorios importantes para la reproducción de la vida y, sobre todo, para la juventud Sin Tierra y campesina, ya que son lugares de lucha y resistencia, así como guardianes de prácticas milenarias de reproducción de la vida basadas en el respeto y la armonía entre los seres humanos y la naturaleza.
Por lo tanto, el avance del agro-hidro-minero-negocio en tierras indígenas, quilombolas y asentamientos de la Reforma Agraria es un ataque a la existencia de la juventud.
Un informe realizado por entidades que acompañan la liberación de agrotóxicos en Brasil indica que, desde el inicio de su mandato, Bolsonaro ya liberó la aprobación de 1.682 nuevos venenos. ¿Cómo ha afectado esta gran cantidad de agrotóxicos utilizados por la agroindustria a los asentamientos del MST, que producen alimentos en sistemas agroecológicos?
Afecta de diferentes maneras, según las realidades de cada lugar, desde la contaminación del agua y las dificultades de la producción sin veneno, hasta la muerte de plantaciones enteras por las fumigaciones aéreas de los terratenientes vecinos a los asentamientos, así como la destrucción de la complejidad ambiental, como los insectos importantes para la polinización de los alimentos, como las abejas, que han sido diezmadas por el uso intensivo de agrotóxicos.
También está la enfermedad de los campesinos, pero, sin duda, el mayor daño de este aumento de los agrotóxicos es para la salud de la población pobre, que no tiene acceso a alimentos saludables. Los impactos causados por el agronegocio afectan a toda la población, no sólo a la población del campo, porque el campo y la ciudad están intrínsecamente ligados.
¿Cuál es el peligro tienen las candidaturas de los políticos vinculados al agronegocio en estas elecciones para el medio ambiente y el futuro de la agricultura familiar y campesina?
Estas candidaturas refuerzan el proyecto de destrucción ambiental, orquestado por el gran capital, así como la pérdida aún mayor de derechos y políticas públicas para los pueblos del campo. Para el medio ambiente, el riesgo es la devastación desenfrenada de la biodiversidad, ya que estas candidaturas naturalizan que el “progreso” implica la destrucción de los biomas para avanzar en la producción de commodities, un mito que ya fue derribado hace décadas, pero que aún hoy se utiliza como justificación.
El éxito de estas candidaturas tendrá efectos históricos e irreversibles para el conjunto de la sociedad. El agronegocio y el medio ambiente no se reproducen en armonía, el agronegocio es un destructor de la biodiversidad y una de las causas del escenario pandémico y de las catástrofes climáticas.
Sólo la agricultura familiar campesina y la Reforma Agraria Popular, a través de la matriz tecnológica de la agroecología, son capaces de restablecer el equilibrio de la relación entre el ser humano y la naturaleza.
¿Qué acciones viene desarrollando el MST en los territorios de la Reforma Agraria para combatir la deforestación y garantizar la producción de alimentos?
Históricamente, los campesinos han establecido una relación armoniosa de convivencia con la naturaleza, respetando sus ciclos y tiempos y adaptándose a ellos, por lo que las prácticas agrícolas promovidas por el MST siempre pretenden respetar esta relación histórica de convivencia.
El movimiento hace mucho tiempo que debate y construye la agroecología, que es la matriz tecnológica de la producción alternativa al agronegocio, y, en 2020, dio un salto en la comprensión de los alcances de la cuestión ambiental cuando lanzó el Plan Nacional para Plantar Árboles, Producir Alimentos Saludables, que asumió el desafío de plantar 100 millones de árboles en 10 años.
El plan pretende llamar la atención de la sociedad sobre la importancia y la urgencia de la inclusión del pueblo trabajador en el debate ambiental y también en la construcción de alternativas a la crisis ambiental, ya que son quienes más sufren sus consecuencias, y para el movimiento la mejor manera de hacerlo es con el ejemplo y la práctica.
Desde entonces, hemos promovido la construcción de viveros de almácigos, llegando a más de 100 en el país, hemos promovido la producción en sistemas agroforestales, hemos recuperado manantiales. Todo ello en diálogo con la lucha por la tierra y la necesidad de una Reforma Agraria Popular para que los problemas sociales y ambientales se resuelvan mediante una alternativa popular.
*Traducido por Julia Giménez
**Editado por Wesley Lima